Reseña | Cine Zoopocalipsis



Por Nahuel Tesouro

Las películas infantiles de terror siempre son un subgénero bienvenido. Suelen ser

originales, encantadoras y, por más que sean animadas y dirigidas a un público infantil,

sus aspectos terroríficos muchas veces sí dan miedo. Sin embargo, Zoopocalipsis se

queda a mitad de camino de mucho de eso.


Es una coproducción francocanadiense y belga, se nota que el film busca capitalizar en lo

popular del subgénero y más ahora en octubre. El film pasa directamente a la acción,

con poco desarrollo de personajes salvo por la protagonista, Gracie, una loba que quiere

independizarse un poco de su manada y piensa diferente a ellos. Conviven con otras

especies en un zoológico y el nudo narrativo se desata cuando llega una luz del cielo

que transforma a los animales en una especie de zombis gelatinosos.




El co-protagonista del film es Dan, una pantera que se muestra dura pero por dentro

tiene un corazón de oro. Y, como notarán, mucho de lo que describí del film hasta ahora

es sumamente reiterativo, cliché. Madagascar, Zootopia, Wallace y Grommit, son las

principales influencias de la película entre tantas otras, y ahí está lo menos destacable.

No solo toma muchos elementos de esos films sino que apenas los cambia, ya sea la

dinámica de poder y amistad entre Gracie y Dan, casi todos los chistes que se hacen

durante el primer acto, los personajes secundarios (que, al tener un primer acto tan

corto, no reciben introducción sino que van apareciendo aleatoriamente a lo largo de la

trama) y su comportamiento. Todo es muy poco original. Y este aspecto es tan

imposible de obviar en el film que los escritores sintieron la necesidad de hacerse cargo

de estas similitudes, y lo hacen a través de un lémur que resulta ser un personaje

secundario que es un cinéfilo y se la pasa constantemente señalando en la película estos

clichés y algunas inverosímilitudes. Sí, es simpático pero no excusa toda esa falta de

creatividad.


Pero en el aspecto positivo y en uno de los que no puede fallar una película de este

estilo, el terror está bien logrado. Las criaturas en que se transforman los animales son

amenazadoras además de grotescas en varios puntos, recordando vagamente por

momentos a The Thing de Carpenter. Los planos, los colores y el soundtrack también

ayudan a entretenerse y crear una sensación de terror que es reminiscente a los 80 y a

clásicos infantiles de terror. Este aspecto crucial más un tercer acto muy bueno

compensa en parte la falta de originalidad palpable especialmente en los dos primeros

actos.

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