Reseña | Cine | El Retorno
Bienaventurados los que creen
EL RETORNO, co-producción argentino-española que sigue en clave de “thriller” los pasos de
un ídolo pop, en quien -en su anunciada Segunda Venida- podría haberse corporizado
Jesucristo.
En 2020 la supuesta vidente estadounidense Jeane Dixon afirmaba que el Armagedón (batalla
final entre el Bien y el Mal) tendría lugar en 2020 y Jesús volvería para derrotar a la impía
Trinidad del Anticristo, Satanás y el Falso Profeta entre 2020 y 2037. Es decir que el segundo
film de ficción de Marcela Luchetta, presenta una historia siempre vigente, que llegará a cada
espectador según su formación espiritual y su apertura al Misterio.
Tomás Armento (Gabriel Gallicchio) un erudito sacerdote del Vaticano, debe investigar un
inesperado “milagro”: su hermano Abel (Franco Masini), a quién no ve hace años, ha salido de
un coma irreversible afirmando ser Jesús reencarnado.
Casi todas las acciones se darán en un círculo endogámico (empezando por la consanguinidad
de los personajes protagónicos) en donde la mayoría son religiosos de distintas jerarquías,
moviéndose en espacios también asociados a la fe cristiana; a excepción del supuesto Mesías
cuyo pasado en Estados Unidos plantea la posibilidad de una farsa o simplemente de un caso
más de locura. Hubiera convenido a la trama, que el hipotético Salvador tuviera más contacto
con gente común, para que el espectador se sienta identificado; aunque este Jesús tiene
instintos carnales y es sólo uno de los tabúes que pondría en jaque a la cúpula eclesiástica y su
dogma de fe.
Rodada en diferentes locaciones de Roma, Costa Amalfitana, y Buenos Aires la película es
pródiga en vistas bellísimas en torno al Vaticano, y acompañada por el hecho de que sus actores
hablen español e italiano (también inglés), logra momentos de gran realismo.
El rol del Papa, a cargo del español Juanjo Puigcorbé, es convincente; en parte gracias a su
locución en español ibérico y su porte natural. La belleza cinematográfica de Miriam Giovanelli
interpretando a una fotógrafa muy comprometida –en escenas algo fugaces- cierran ese
universo cosmopolita que transciende nacionalidades. Por su parte, la argentina Elvira Onetto
hace de su personaje secundario (impecable desde la caracterización y vestuario) una
presencia contenida que la vuelve verdadera. También está bueno poder ver a Mariano
Saborido en pantalla grande, a pesar de no haber recibido un personaje que le permita un
mayor lucimiento.
Visualmente consumada El Retorno cumple muy bien con todos los rubros técnicos, pero
ahora que tantos medios de producción se han democratizado, habría que ver si “el todo” es
más que las sumas de las partes; si consigue atrapar a una audiencia y generar debate, más
allá del espectáculo y el disfrute; que no es poco.
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