Reseña | Las Moiras de Tamara Tenenbaum
Dramaturgia: Tamara Tenenbaun
Elenco: Analía Couceyro, Luciana Mastromauro, Flor Piterman, Fiamma Carranza Macchi
Diseño de escenografía: Matías Sendón, Ariel Vaccaro
Realización de escenografía: Ariel Vaccaro
Diseño de iluminación: Matías Sendón
Diseño de vestuario: Cecilia Zuvialde
Música original: Ian Shifres
Coreografía y movimiento: Manuel Attwell
Asistencia de dirección: Carla Grella
Fotos: Sebastián Freire
Producción ejecutiva: Gabo Baigorria, Carolina Castro
Producción: Compañía Teatro Futuro
Dirección: Mariana Chaud
Las Moiras, una de las obras más elogiadas de Tamara Tenenbaum, con dirección de Mariana Chaud y producción de la compañía Teatro Futuro sigue presentándose en el Teatro Metropolitan (av. Corrientes 1343); emblemática sala del circuito comercial los días 5, 12, 19 y 26 de febrero a las 20.15hs.
Tamara Tenenbaum creó un díptico del que Las Moiras es la primera de dos obras. La autora adaptó "El Dibuk" o "Entre dos mundos" de Shloime Ansky, un escritor judío-ruso; y es un cover porque las resignifica, trayendolas a este contexto histórico. El material continuará con el estreno de Los días más largos del mundo.
Interpretada por Analia Couceyro, Luciana Mastromauro, Flor Piterman y Fiamma Carranza Macchi, la pieza pone el foco en las esposas de unos rabinos que marcan los destinos del barrio de Once decidiendo quién se puede casar con quién. A ellas se enfrenta la rebeldía de una joven que busca romper con el orden establecido, pero a su vez es presa del Dibuk, un espíritu errante que se apodera de ella.
En la leyenda judía, el dibuk es un espíritu vagabundo que se queda rondando en la Tierra y posee el cuerpo de otra persona hasta que sus asuntos terrenales sean resueltos. En la obra, el dibuk se pone en diálogo con las moiras, tres viejas del inframundo que dentro de la mitología griega son las que tejen, sostienen y cortan el hilo de la vida.
Tal vez para quiénes no sean parte de la colectividad judía, tanto vocabulario iddish pueda enredarlos pero que van a reirse, eso es seguro. La obra aborda el tema de la identidad desde el humor grotesco. Analía Couceyro es Zippe, Luciana Mastromauro es Ruth y Flor Piterman es Tamar, quién son una especie de Roberto Galán decidiendo las uniones matrimoniales en la comunidad ortodoxa. En sus rondas de té y Rummy, este consejo de mujeres decide la vida de las solteras y solteros de su comunidad como si sólo esa arquitectura escenográfica que supone el templo donde se reúnen fuera todo su mundo, dentro de esas cuatro paredes. Todo se alterará cuando llega Mushki (Fiamma Carranza Macchi), una joven que no encaja en los mandatos, quién les traerá una computadora para automatizar el trabajo que realizan estas mujeres y que, claramente, ellas rechazarán. Las idas y vueltas y el debate sobre adentrarse en la tecnología o no, terminan cuando el dibuk se manifiesta por intermedio de Mushki. La crisis es inminente. Las luces se tornan rojas, el dibbuk las enfrentará al terror y a sus propios deseos, poniendo en jaque toda su vida acomodada.
El tridente Couceyro-Mastromauro-Piterman es poderoso. Amalgamadas al detalle, logran escenas que contagian la risa de los espectadores con gestos casi clownescos.
El dominio corporal y vocal de Fiamma Carranza Macchi resulta hipnotizante, su cuerpo se contornea, convulsiona, baila, se retuerce todo a la vez y su voz se agrava considerablemente dandole vida al dibuk que se aloja en ella. Tamara
Tamara Tenenbaum tiene 2 ejes fundamentales en sus obras literarias: el rol de las mujeres y el judaísmo. Es aquí donde conjuga los sentires y posibles anhelos de sus protagonistas e invita a reflexionar sobre como articulan los mandatos en la vida de las personas y la búsqueda de la identidad.




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