Reseña | Cine | Infierno en el pantano

Por María Ceballos 

 “Infierno en el pantano” es una película que, a primera vista, pareciera no funcionar. Pero, si la pensamos desde la perspectiva de un producto de ciencia ficción “Clase B”, podríamos sorprendernos y pasar un buen rato en el cine.

Dirigida por Taneli Mustonen y Brad Watson, se trata de un thriller de supervivencia, con tintes de terror, si se quiere, cuyos grandes protagonistas son los cocodrilos gigantes.

Cuenta la historia de Kyle, una joven que perdió a su hermano mayor e intenta sobrellevar el duelo con la ayuda de sus amigos. Para ello, realizan un viaje a Florida con el fin de esparcir sus cenizas pero, tras un accidente aéreo, quedan varados en una zona pantanosa repleta de cocodrilos mutantes. Junto con el contingente de turistas que los acompaña, deberán ponerse en acción y unir fuerzas si quieren salvarse de una muerte asegurada.

Con interpretaciones mediocres y diálogos poco naturales, la narración avanza intercalada con flashbacks a un pasado que se introduce de manera forzada. El tratamiento otorgado a estos momentos maneja un registro muy diferente al principal y termina por sacarte de la atmósfera construida. A eso se le suma un CGI que deja mucho que desear, pero digamos que los efectos especiales deberían ser la menor de las preocupaciones de los realizadores.

Lo que resulta más inverosímil son las interacciones entre los personajes y su pobre construcción. Simplemente debemos aceptar que la protagonista es una experta en cocodrilos, más específicamente, en cocodrilos mutantes. Y que, de repente, todos están dispuestos a confiar en el dueño de la aerolínea que los hizo estrellar en primer lugar. Incluso un personaje que debería funcionar como contrapunto de Kyle, una especie de “frenemy”, termina sintiéndose bobo.

Pero, si logramos ver más allá de todas estas cuestiones poco felices, “Infierno en el pantano” podría convertirse en una cinta pochoclera para reír del absurdo. Y es que el producto no aspira a ser mucho más que eso.

Desde el momento en que dejamos de tomarla en serio, y nos ponemos la camiseta de los cocodrilos gigantes, uno puede disfrutar sin mayores pretensiones. Después de todo, quién no sería fan de una cocodrilo hembra llamada Christina. Si hay que elegir bandos, nos encontramos en el equipo de ella.

Digamos que la película no sería nuestra primera recomendación de la cartelera. Pero el fin de semana es largo y las oportunidades para ir al cine son muchas, así que pueden verla a partir de este jueves 1 de mayo en las salas de nuestro país.