Reseña | Teatro | Bufarra, carne a la parrilla
El abuso tan temido
Por Gustavo Noriega
Bufarra, carne a la parrilla es la obra dramática dirigida por Eugenio Soto; creada a partir de
la tradición literaria iniciada en El Matadero de Esteban Echeverría, en diálogo con los
trabajos de Osvaldo Lamborghini y vinculadas por la violencia sexual.
Los hechos parecen suceder en un tiempo pasado -ya, el término del lunfardo que deviene de
bufarrón, hoy en día ha caído en desuso- dado que en su puesta (en parte hiperrealista), no
hay alusión al desborde tecnológico de las últimas décadas.
En su casita pueblerina, el buen Vicente (Martín Mir) prepara un asado familiar para recibir a
su compañero de militancia, de la niñez y del barrio -Silvio Marconi (Facundo Cardosi) -un
maestro de ceremonias que fue preso y salió de la cárcel, y es padrino del hijo del asador. Su
mujer no quiere recibir al amigo porque se lo tilda de “bufarra”, término lunfardo con el que se
nombra a los abusadores de menores. Pero no hay escenografía, estamos en el patio de la casa
con unos chori listos y una carne casi a punto haciéndose en la parrilla, que levanta chispas de
verdad. A cielo abierto, en un espacio que a todos les resultará un lugar corriente.
¿Vicente debe aceptar sin juzgar cualquier cosa que haga Silvio? ¿Por la infancia y la
pertenencia política compartidas? Queda claro gracias a actuaciones llenas de humanidad -
transmitidas con pequeños gestos, rictus, poses, rituales, y todo lo que los cuerpos expresan,
aunque no quieran- que esos amigos guardan secretos.
Los demás roles muy bien asignados: Leo Espíndola, es Ángel, el impúber, cuya presencia
genera la incomodidad -para sí y para los demás- que suele acompañar a esos años de
transición en que advendrá la pérdida de la inocencia. Será el encargado de poner coto a una
zona de riesgo, donde sus padres abrumados porque ya no se soportan, dejan el terreno libre
como para que suceda lo más temido. Susana (Leilén Araudo) es la compañera justa para ese
hombre pusilánime -empleaducho- que se conforma con alcanzar los objetivos: un domingo
con parrilla es suficiente para sentirse pleno. Darío Pianelli -con una participación
acotada- hace una aparición en el momento preciso, con todos los atributos de un posible
amante, que vendría a poner fin a una pareja en decadencia.
Luego de diez años se reestrenó esta pieza que siguiendo la tradición del grotesco -con un
humor deforme- combina tragedia y humor. Y nos permite a través lugares comunes de la
argentinidad, reflexionar sobre la estigmatización, el ocultamiento, la irresponsabilidad, el
cuidado, y si en nombre de la amistad se debe dejar a un lado la integridad.
Bufarra, carne a la parrilla se presenta los domingos 20:30 hs Espacio Polonia

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