Reseña | Cine | El Cuadro Robado


Por Leandro Lagoria

 El nuevo film dirigido por Pascal Bonitzer busca adentrar al espectador en el mundo de las

subastas de artículos lujosos de todo tipo y la gente que habitúa estas ya sea, personalmente o

con delegados que manejan sus cuentas.


Andre Masson es el subastador de una prestigiosa casa de subastas. Un día, es notificado de

que un joven obrero encontró un cuadro que se creía perdido desde la segunda guerra

mundial. Ahora, Andre y su equipo harán lo posible para tratar de venderlo y ayudar al joven

obrero a que pueda quedarse con una parte del dinero que le corresponde a los verdaderos

herederos del cuadro.


La historia nos narra los diferentes puntos de vista de los personajes ante un conflicto central.

Por un lado, tenemos al protagonista Andre Masson, que, junto a su ex esposa y socia Bertina

con la cual se dedican a subastar bienes, y trataran de vender esta obra de arte valuada en

millones de Euros. Por otro lado, tenemos a Martin Keller y su madre quienes son los actuales

propietarios de la casa donde se encontró el cuadro, junto con su representante legal. Y por

último, tenemos a Aurore que enfrenta un conflicto familiar y presenta personalidad

mitómana.


La película nos presenta, desde el minuto uno, como son los personajes que habitan este

mundo de negocios, desde los subastadores hasta los interesados en la venta y compra. Desde

gente millonaria hasta gente que se dedica a ello por necesidad o por experiencia en el rubro.

La imagen constantemente se muestra sobria con colores muy nítidos y bien definidos, para

que entendamos mejor cómo es la realidad de los personajes. Por parte del sonido, no hay

mucho a destacar, quizás sea la parte más floja del largometraje junto con el guión.


Por parte de la narración, no se siente demasiada profundidad en los personajes, hay conflictos

que son innecesarios en la trama principal, por ejemplo, en el caso de Aurore, que toda su

subtrama se une a la trama principal por una experiencia del pasado, no se ahonda demasiado

a su mitomanía. El personaje de Martin tampoco tiene un objetivo definido, simplemente se

nos muestra como un personaje con suerte de haber hallado un cuadro carísimo. Al final, hay

un plot twist que podría no haberse utilizado y el final hubiese sido el mismo.


En conclusión, El Cuadro Robado es una buena peli para ver en casa, una trama sencilla, con

personajes simples y una buena forma de conocer solo un poco de lo que son las subastas,

para nosotros que no estamos muy involucrados en el tema.

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