Reseña | Cine | Camina o muere


Por María T. Ceballos

Stephen King puede gustarte o no, pero su huella en la literatura, más que nada comercial, ya que la academia pocas veces ha sabido reconocerlo, es innegable.

El storyteller por excelencia celebra su tercera adaptación cinematográfica en lo que va del año, luego de “The Monkey” y “The Life of Chuck”. En esta ocasión, se trata de “The Long Walk”, su novela distópica publicada por primera vez en el año 1979. En dicho momento, lo hizo bajo el pseudónimo de Richard Bachman. Y quién mejor para adaptar distopías que Francis Lawrence, el director detrás de “The Hunger Games: Catching Fire” (2013).

Como sucede con otras obras de King, la premisa, aunque parece simple, es muy efectiva: una competencia en donde el único objetivo es caminar y caminar hasta que solo uno de los participantes se mantenga en pie. Al ganador se le concederá un deseo: cualquier tipo de capricho o pretensión que este tenga, el cual será facilitado por las autoridades. En este caso, sucede como en el dicho “No importa el destino, sino el camino”, ya que se trata de una travesía que vale la pena experimentar, más allá de su desenlace inevitable.

Cooper Hoffman protagoniza esta gran historia, poniéndose en la piel de Ray Garraty, un joven con bastantes fantasmas en su pasado, muchos de los cuales tienen que ver con un padre que fue ejecutado por el gobierno de turno. Este es un personaje que se mueve por un deseo de venganza.

Una vez más, Mark Hamill hace su aparición estelar en una adaptación de King (ya lo hizo como el abuelo en “The Life of Chuck”), encarnando al Mayor, un misterioso y autoritario oficial que encabeza la expedición. Mientras que la actriz Judy Greer participa con el pequeño pero clave papel de la madre de Ray.

Pero, como en tantas otras historias, el corazón de la película se encuentra en el vínculo entre el protagonista y su side kick. David Jonsson interpreta a Peter McVries, el compañero leal y entusiasta que necesita Ray para tan ardua aventura. Definitivamente es él quien se lleva todas las flores y la razón de que la película funcione tan bien.




Como toda adaptación, esta realiza modificaciones y recortes, principalmente, en el número de participantes y en lo que respecta a su final. Pero esta decisión resulta acertada y el relato logra mantenerse en pie por sí solo, independientemente del libro. Las casi dos horas del film, no se sienten como tales, la acción fluye de manera orgánica.

Podría considerarse una road movie, ya que solo vemos la larga marcha a través de una carretera y lugares inhóspitos. Debido a este paisaje que, aunque cambiante, resulta medio inamovible, es una historia que recae directamente en las interpretaciones y en la dirección de actores: no habría manera de acompañar a los personajes más que empatizando enteramente con ellos.

Lejos del King terrorífico al que estamos más acostumbrados, “The Long Walk” nos recuerda que la tinta del autor da para varios géneros y que todas sus historias funcionan por igual. La crítica la reconoce como la mejor adaptación del autor hasta la fecha.

Pueden disfrutar de la película desde este 25 de septiembre, cuando estrene en los cines de nuestro país. Absolutamente recomendable.

Comentarios

Entradas populares