Reseña | Cine | Catástrofe Inminente

Por María Ceballos
“Survive” o “Survivre” es la nueva apuesta francesa del cine de catástrofe.

Dirigida por Frédéric Jardin, la premisa es la siguiente: ¿qué pasaría si la porción del mundo cubierta por agua migrara a la tierra y viceversa?

La historia sigue a una familia en su travesía por el mar para luego convertirse en un juego de supervivencia. Los polos se invierten y su embarcación queda encallada en tierras inhóspitas.

Para su suerte, logran hacer contacto por radio con otro sobreviviente, pero tendrán cinco días (el tiempo estimado para que el agua regrese a su sitio original), para encontrarlo y sumarse a su submarino.

Así comienza esta aventura que encontrará otros peligros por delante: desde un psicópata que busca matarlos sin un motivo claro, hasta una especie de crustáceos sanguinarios en busca de presas.

Por supuesto que la película tiene un subtexto ecologista: ¿qué es lo que le estamos haciendo al mundo con nuestro accionar irresponsable? Esas grandes superficies de tierra, que alguna vez supieron albergar agua, se encuentran contaminadas por plásticos y otros objetos insólitos, producto del hombre.

Sin embargo, son pocas las criaturas marinas muertas que se ven desperdigadas por esas llanuras, teniendo en cuenta la gran imponencia del mar. La realidad es que se ve poco y nada de la fauna y flora marina, para ser una película que trata justamente de eso. Lo que nos lleva al siguiente punto.

En términos generales, la idea es innovadora pero es demasiado ambiciosa para un nivel mediano de producción y sus menos de noventa minutos de duración. Se siente como una promesa a medio cumplir o una prueba piloto que tiene futuro.

En cuanto a las actuaciones, Émilie Dequenne se carga la película al hombro. Mientras que los niños no llegan al nivel dramático requerido en estas circunstancias tan extremas.

En conclusión, es un acercamiento al género de ciencia ficción que se queda a mitad de camino.

“Survive” llega a los cines este jueves 30 de enero.