Reseña | La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus
Por Gustavo Noriega
Más allá del argot
Más allá del argot
"Lo importante no es la tecnología. Lo importante son las palabras.
El hecho de compartir las palabras”. Ursula Kroeber Le Guin
“La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus”, es un unipersonal (con el apoyo de voces en off de figuras consagradas: Edda Díaz, Nazareno Casero, Diego Gentile) que en su cuarta temporada pasó del off a lo más central de la avenida Corrientes; y no es poca cosa cuando sabemos que la oferta teatral es inconmensurable.
Diego Carreño encarna a un tesista (además de ser autor del texto), que desde hace más de veinte años se encuentra aislado -porque la tarea lo amerita- en la casa familiar en la cima de un cerro; y lo vemos imprimiendo las últimas páginas de su trabajo de graduación que tiene como punto de partida un planteo que hiciera William Burroughs, y que da nombre a la obra.
Para quien haya padecido lo avatares de preparar una tesis, no encontrará tan exagerada la escenografía y el vestuario (Analía Cristina Morales): desorden y dejadez.
Pero más precisamente asistiremos al paseo por el uso de las palabras, y a los recursos retóricos del lenguaje: metáfora, ironía, dubitación, etc. Y podremos comprobar que el público se vuelve comunidad de hablantes, (a juzgar por las risas que irrumpen al unísono) atravesado por las palabras más allá de la edad, el sexo o la profesión.
Así como es claro el cuestionamiento a ese trago amargo que son las tesis de grado, también le dedica tiempo a la crítica o autocrítica en torno a los modismos o expresiones de moda, en las que muchas veces es difícil no caer -en el afán de sintetizar o hacerse entender- y ese momento puede avergonzar, pero también da permiso a la alternativa más sabia que es reírse de uno mismo.
Para sacarnos del encierro del graduando, Carreño se desdoblará en un religioso llamado Padre Sito con hábito franciscano, que con un candor que recuerda al mediático Padre Farinello continuará desmenuzando las complejidades del lenguaje.
Con dirección de Leandro Aita, es una muy buena opción para ponerle alegría a un domingo.
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