Reseña | Cine | Una Muerte Silenciosa

Por Mariana Parodi

Una muerte silenciosa es la nueva película de Sebastián Schindel, protagonizada por Joaquin Furriel. La dupla, que ya realizó trabajos cinematográficos como El patrón y El hijo, repite la fórmula para entregarnos un thriller con un elenco de grandes figuras como Soledad Villamil, Alejandro Awada, Victor Laplace, Patricio Contreras y María Marull. 

La trama transcurre en los años 80, en la Patagonia. Octavio (Joaquin Furriel) es guía en un coto de caza que trabaja para Klaus (Alejandro Awada), un terrateniente de dudosa moral. Octavio vive marcado por la muerte de su hermano y cuida a su cuñada y sobrina. Su insomnio, la nieve y la inmensidad no ayudan y encuentra cobijo en las pastillas y el alcohol. Una noche mientras Octavio y Klaus disfrutan bebiendo, Sofía (su sobrina), Julio y Max deciden dar un paseo nocturno que terminará con el peor desenlace: Sofia muere de un disparo en medio del bosque y la búsqueda de la verdad por parte de su tío será el motor de la película. En un lugar donde todos se conocen, el culpable puede estar muy cerca. 

Con el paisaje y el clima como parte fundamental en la trama, el director logra una experiencia inmersiva donde podemos sentir la opresión de los personajes de esta pequeña comunidad rural que tiene muchos secretos que guardar.

La fotografía a cargo de Guillermo Nieto también nos sumerge en este lugar tan solitario como inabarcable, con una paleta de colores acorde a la trama.

El sólido guión de Matías Lucchesi no deja hilos sueltos y lleva con fluidez la narrativa del film, como también, la tensión necesaria para llevar adelante un thriller bien logrado.

Joaquin Furriel da una gran interpretación, colmada de matices, que efectiviza la narración y nos mete en la psiquis de un hombre parco, solitario que hará hasta lo imposible por esclarecer el crimen de su sobrina.

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