Reseña |Cine | Emilia Pérez
Por María Ceballos
Luego de su estreno en la pasada edición del Festival de Cannes, llega a las pantallas de nuestro país “Emilia Pérez”, del francés Jacques Audiard.
Protagonizada por Zoe Saldaña, Karla Sofía Gascón y Selena Gómez, este drama musical ganó el Premio del Jurado en el mencionado festival, así como el galardón a Mejor Actriz, que fue compartido de manera colectiva por las intérpretes. A su vez, se convirtió en la segunda película más nominada en la historia de los Golden Globes, con diez nominaciones.
Pero si bien la crítica especializada extranjera le tira flores, los comentarios en los días previos a su estreno resultan negativos de este lado del charco.
Desde GreatCinefila ya tuvimos la oportunidad de verla y a continuación compartimos nuestra opinión.
Situada en México, “Emilia Pérez” cuenta la historia de Rita Mora Castro (Zoe Saldaña), una joven abogada disgustada con su trabajo que se ve obligada a tomar casos que van en contra de su moral. Cuando recibe una misteriosa propuesta, Rita no puede negarse, sin saber que se está metiendo, nada más ni nada menos, que con el jefe de un peligroso cartel. Pero dentro de todos los posibles encargos que podría hacerle un criminal de estas características, su objetivo resulta sorpresivo: quiere rehacer su vida y convertirse en una mujer.
Desde ese momento, Rita la ayuda a crear y a establecerse como Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón), su nueva identidad. Pero un cambio así no viene sin realizar sacrificios y concesiones, así que expulsa a su familia de su vida, a su mujer Jessi (Selena Gómez), y los obliga a emigrar al extranjero. A partir de ahí, Emilia existe en todo su esplendor hasta que las cosas toman un giro más dramático.
“Emilia Pérez” quiere ser una historia de autodescubrimiento y redención. El tema es que no estamos hablando de una persona común y corriente en busca de un nuevo destino, sino de un jefe narco. La verdadera cuestión está en por qué querrían limpiar el nombre de un criminal. Y, a su vez, toca el tema de los desaparecidos en México, en lo que resulta una ensalada de frutas de diversas y forzadas cuestiones que no ayudan al producto final. Pero no será ni la primera ni la última vez que Hollywood tome a una figura oscura y quiera santificarla. De hecho, es el tipo de películas que a la Academia le gusta premiar.
Las actuaciones resultan sólidas y lo de Saldaña es digno de aplaudir. Gascón y Gómez también están muy bien, pero una de las críticas más duras se le hace a esta última y a su español. El personaje podría escudarse con ser una mujer estadounidense radicada en México, pero la realidad es que la pronunciación de Gómez no ayuda a la credibilidad de su actuación y, por el contrario, la perjudica.
Los números musicales resultan redundantes, por momentos. Lo que debería transmitirse a través de otros medios, se expresa a través de letras muy directas. Sí, ya sabemos que todos los políticos son corruptos, quizás no hace falta cantar al respecto.
Las declaraciones de las actrices que quieren defender su trabajo resultan antipáticas, con comentarios como el siguiente de parte de Gascón: “¿Se imaginan ustedes que a Picasso, después de pintar el Guernica, lo criticaran por no ser del País Vasco? ¿Ridículo, verdad?”. Y el hecho de que el mismo director haya expresado que no investigó en profundidad el contexto histórico de México, no ayuda a su causa.
No estamos cuestionando si un francés puede o debe contar o no el relato de un país que no es el suyo, después de todo, el cine es un lenguaje universal. Lo valioso sería que se haga desde un lugar de información y respeto. Y una cosa es segura: México no está contento con “Emilia Pérez”.
Por supuesto, fomentamos que vean la película y saquen sus propias conclusiones cuando llegue a los cines de nuestro país el próximo 23 de enero.
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