Reseña | Teatro | La fragilidad de las casas


Por Sabrina Alonso

La fragilidad de las casas es una obra que recorre las distintas casas en las que vivió Cassandra desde su infancia. Atraviesa esas casa con las personas que las habitaban, y las etapas que transitaban en su vida. Este recorrido funciona como un reflejo de algo mucho más profundo, sobre lazos de familia, parejas y con ella misma.

Como en el mito griego del que nace su nombre, Cassandra tiene la sensibilidad de ver lo que los demás no ven. En la tragedia Griega ella recibe el don de la profecía a cambio de un encuentro carnal con Apolo. Al rechazar posteriormente el amor de este dios él la maldijo: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

La obra, tomando este mito, explora en la vida de una mujer que por tanto deseo de ser querida a veces no se cree a sí misma. La dramaturgia de Victoria Almeida logra consolidar este personaje tan singular, que a través de la comedia narra momentos de su vida trascendentales, atravesados incluso por el machismo y la violencia. Profundiza los diferentes vínculos, y esa necesidad de sentirnos queridos a cualquier costo.

La actriz, Guadalupe Docampo, actúa junto a Facundo Livio Mejías, Julián Rodríguez Rona e Irene Vivanco, quienes acompañan la narrativa desde distintos personajes. La obra trabaja con un código metatextual en el cual la actriz dirige la escena mientras el resto del elenco va mutando según las personalidades que aparecen a lo largo de la vida de Cassandra. Los cuatro intérpretes todo el tiempo en escena realizan un excelente trabajo de actuación, música en vivo, acrobacia aérea, teatro físico,  filmación en vivo y proyección, consiguiendo una dinámica multimedia que integra perfectamente varios lenguajes artísticos que aportan acertadamente a construir el mundo de Cassandra. La escenografía muta al igual que los personajes, los muebles de las casas se construyen a través de austeros objetos que logran transformar para que parezcan diferentes.



La fragilidad de las casas deja resonando una pregunta íntima: ¿Cuánto de lo que somos está hecho de los lugares que habitamos y de las personas que nos habitaron? En la historia de Cassandra, sus casas son metáforas de vínculos que se construyen, se tambalean y a veces se derrumban, como estructuras emocionales que necesitan sostén. La obra, con una excelente dramaturgia y puesta en escena, interpela desde la sensibilidad y el humor, y nos invita a mirar hacia adentro, a reconocer nuestras propias grietas, nuestras búsquedas de amor y aceptación, y las veces en que también, como Cassandra, no supimos creer en nuestra voz. Es un relato conmovedor y potente que nos deja con la certeza de que toda fragilidad también puede ser una forma de resistencia.

La pueden ver en el teatro Armenia los domingos 20hs o los sábados 21.30hs, hasta el 13/07. 

Una muy linda sala que aloja esta increíble obra.

Dramaturgia: Victoria Almeida
Actúan: Guadalupe Docampo, Facundo Mejías, Julián Rodriguez Rona, Irene Vivanco.
Vestuario: Antonela Fucenecco
Música original: Julián Rodriguez Rona.
Diseño de iluminación: Jorge Pastorino
Diseño de sonido: Leonardo Checcia
Realización de escenografía: Martin Ganem
Rigger acrobacia: Daniel Lisandro
Fotografía: Pablo Ponzinibbio
Diseño gráfico: Patricio Vegezzi
Asistencia de dirección y producción: Pablo Ponzinibbio
Prensa: Mutuverría PR
Producción general: Marcelo Melingo, Horacio David

Dirección: Victoria Almeida

Comentarios

Entradas populares