Reseña | Cine | Exterminio: La evolución

Por Mariana Parodi 
Exterminio: La Evolución, la esperada nueva entrega del universo de "Exterminio", nos trae de vuelta a la mente maestra detrás del original: el director Danny Boyle y el guionista Alex Garland. 

Han pasado casi tres décadas desde que el virus de la rabia arrasó con Gran Bretaña, y el mundo que nos presentan Boyle y Garland es tan desolador como fascinante. La historia se centra en un grupo de supervivientes que han encontrado refugio en una pequeña isla, conectada al continente por un único camino. La tensión es palpable desde el primer minuto, ya que esta aparente seguridad se ve constantemente amenazada por un exterior impredecible y lleno de peligros.

Lo que distingue a la película es su capacidad para fusionar el horror más visceral con un drama humano profundo. Cuando el joven Alfie Williams, el protagonista, se aventura al continente junto a su padre, interpretado por Aaron Taylor-Johnson, en lo que es su primera experiencia de caza, el descubrimiento y la exploración iniciales son prometedores. Sin embargo, la narrativa cae un poco pasando la mitad del film, donde las decisiones de los personajes y los giros de la trama pierden un poco de peso.

El elenco es estelar, con Jodie Comer, Aaron Taylor-Johnson y Ralph Fiennes entregando actuaciones poderosas que anclan la narrativa en una emotividad palpable. Sus personajes son profundamente humanos, cargados de miedos, esperanzas y contradicciones, lo que permite una conexión genuina. El gran descubrimiento es Alfie Williams, el joven Spike que carga con el protagónico que conecta a todos los personajes y quién debe crecer forzosamente para sobrevivir en este mundo post apocalíptico.

Visualmente, Boyle y el director de fotografía Anthony Dod Mantle (quien también trabajó en la original) rodaron en gran parte con iPhones, logrando una estética cruda y envolvente que intensifica la sensación de inmediatez y caos. Los encuadres opresivos aumentan la tensión en cada escena, haciendo que el espectador sienta la asfixia del peligro constante. Si bien mantiene algo del espíritu de las entregas anteriores, el tono no es tan terrorífico como en las dos primeras películas, debatiéndose más entre la supervivencia y el drama. Los jumpscares están bien instalados y hay bastante gore, lo que sin duda gustará a los amantes de las escenas explícitas. Aunque prima el terror y el drama, se percibe un toque de humor sutilmente medido que, lejos de romper la inmersión, ofrece breves respiros antes de volver a sumergirnos en la acción. La elección del formato widescreen, similar al de épicos como "Ben-Hur", es una declaración audaz que, lejos de ser un capricho, expande el horizonte de la amenaza y permite la construcción de escenas verdaderamente épicas, recordándonos que los infectados "podrían estar en cualquier lugar".

En resumen, Exterminio: La evolución es una película visualmente impactante y con actuaciones sólidas que a pesar de sus momentos de tensión y gore se inclina más hacia el drama de supervivencia que al terror puro.