Reseña Teatro: Ciclo Hembra - Chica Almodovar

                                              

Por Gustavo Noriega

A la vida hay que darle color

En el espacio Área 623, se está llevando a cabo -con gran esfuerzo- la 3ra. edición del Ciclo Hembra que nació en 2022 para apoyar y visibilizar el trabajo de mujeres realizadoras del sector escénico, en roles de cabeza de equipo. 

La curaduría se organizó en torno a la selección de obras en distintos estadios de sus procesos creativos; y programó una clase de Dirección Escénica, gratuita, vía zoom. 

En la noche del sábado14, se presentó “Chica Almodóvar”, cuyo título nos adelantaba que veríamos personajes desasosegados (Flor y Anita); dos amigas que provecharán que es la noche en que se sale a beber, para arrancar la función con clima festivo, destapando birras y acompañadas por el aplauso de un público muy diverso. Pero la obra también tiene subtítulo: “La increíble fortuna de nuestra esperanza”. 


Jesica Maiori y Agustina Trías (Gira Uruguay) componen una dupla creíble en esa exageración, unidas por la amistad, la zozobra ante la realidad laboral y la recurrente decepción en el amor. Muy bien aprovechada la Sala del Fondo -su iluminación precisa- con los colores shocking del director manchego; más el colorinche y desborde del vestuario que al mismo tiempo es ropa de calle.

Las chicas que en su simbiosis, no quieren dejar de ser una, necesitan la compañía del alcohol cada vez que sea posible, y cuando los ojos se llenan de lágrimas ya no se sabe si fue la bebida la causa o su consecuencia. Pero encuentran la forma de dejar de fracasar mediante la intervención de un tercer personaje; y a partir de allí, ya nos sabemos hasta donde la realidad y hasta donde sus fantasías, lo cierto es que optan por una extraña forma de vida, pero que trasmite mucha alegría. 

Como dice un personaje de Todo sobre mi madre: “Las mujeres hacemos cualquier cosa con tal de no estar solas”.

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