Reseña |Teatro | James Brown usaba ruleros
Padres desesperados
Últimas tres funciones -y una más gratuita- para presenciar un mundo paralelo que nos habla detalladamente de este, en el que vivimos.
“James Brown usaba ruleros” es una pieza de la consagrada Yasmina Reza, quien le manifestó a Alfredo Arias su deseo de que hiciera una puesta a su manera. El título totalmente antojadizo tiene que ver con lo que es capaz una madre (la impar Claudia Cantero) para justificar los desvaríos de un hijo. El padre de familia (Marcos Monte, compone un personaje que también es persona aunque provenga de la fantasía) por su parte hace todos los esfuerzos para garantizar la unión marital, aunque no le cabe el autoengaño. El hijo de ambos (Dennis Smith, que con su voz siempre llega al corazón) tiene el autoconcepto de que es la cantante Celine Dion y encontrará a un compinche, un joven blanco (Juan Bautista Fernandini, que compone muy bien a un maníaco de manual) que se autopercibe negro. En la cúspide de este paisaje aséptico se encuentra la psiquiatra (magnética, Adriana Pegueroles) que tendrá a todos “bailando” a su antojo; segura, desde su lugar de poder pero sin abusar, con los mejores modos: grácil, lúcida, esbelta. Ella da la bienvenida al público -como salida de un spot publicitario de los años 60, atractiva pero, sobre todo, distante- y es la cara visible de una institución de salud mental especializada; de esas que se encargan de crear su propia fama.
La escenografía -un tanto futurista- contrasta con el vestuario de los personajes adultos que remiten al pasado, a los ´70 y a los ´50, creando un mundo hechizado. La música incidental sirve de inducción, como si estuviéramos mirando un film, y visualmente trae consigo elementos del comic, de la perfección del cine de Hollywood y algo más reciente: el aislamiento. Claro que todo atemperado para ganar en originalidad.
“James Brown usaba ruleros” es una tragicomedia que, como gran obra de arte que es, se abre para que nadie quede afuera. Podría no llegarle al alma a quien no haya vivido alguna situación en que la psiquis de un allegado se haya visto comprometida; poniendo a prueba su vínculo.
Esta exquisitez de nivel internacional, surge de la adaptación y dirección magistral de Alfredo Arias.
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